sábado, 20 de marzo de 2010

¡O! ¡Hay memoria!

Foto: Wikimedia

En Córdoba, hay un símbolo: el Patio Olmos. Es un emblema cínico de lo que fue el saqueo de la década de los noventa. Hacia 1992, el gobierno de Angeloz (ferviente defensor de la substancia de las políticas menemistas), decidió convertir el edificio de la Escuela Gobernador José Vicente Olmos en un shopping, primero mediante concesión y luego vía venta definitiva que llevó adelante De La Sota... Hoy la escuela ha sido replegada en un triste edificio escondido en Nueva Córdoba, mientras que el Patio Olmos ya es propiedad de una empresa trasnacional y se levanta como un símbolo amenazante y desafiante, sobre el esqueleto de la escuela, manteniendo sus escaleras y estructura y grita por todos lados: "no lo olviden, consumo, no educación". El Patio Olmos es un símbolo de lo que le pasa a los herejes, es un templo de veneración al dios dinero, al consumismo, a la banalidad y al derroche. El Patio Olmos ha tomado el espacio público, se ha hecho dueño de los sanitarios públicos de la zona, ha mudado el tradicional punto de encuentro popular desde Colón y General Paz hacia sus puertas, en Vélez Sarsfield y Bv. San Juan, donde todo es adecuadamente vigilado por cámaras de in-seguridad, que controlan en este 1984 de nuestros días todas nuestros actos y manifestaciones... Y es por eso que el Olmos es uno de los mayores botines en la ciudad para las pintadas, stencils y embellecedores de pared. Algunos herejes lo lograron, y dejaron sus voces, hoy acalladas y censuradas por la represión de la pintura...

"El dinero no puede darnos libertad"


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